CORRUPCIÓN
Cada marino tiene sus historias, cada marino ha tenido que soportar abusos y presiones derivados de la alarmante corrupción que el mundo que rodea su actividad aporta. El buque, un bien muy valioso pero paradójicamente muy vulnerable, es, por esta razón, un objetivo ideal para obtener de él y su círculo de actividades, grandes y jugosas cosechas materializadas en objetos de consumo y a veces monetarios.:
Estas historias, o parecidas, habrán sido experimentadas por cualquier marino.Las escribo porque yo las experimenté, para aquellos que hayan tenido la curiosidad de ver este blog y no sean de la mar, solo como un trazo, como una pequeña idea de lo que uno se encuentra por esos mares de Dios y ante las cuales solo encuentra impotencia.
CANAL DE SUEZ:
Cuando los buques llegan para cruzar este canal, tanto en Port Said como en Suez, deberán esperar turno hasta conocer el lugar asignado a la hora de formar el comboy en el que los buques más rápidos, seguros y con mejor maniobrabilidad ocupan los primeros lugares, dejándose a los más lentos y deficientes para la cola del mismo. No es desconocido para cualquier marino que haya navegado por este canal haber comprobado como los prácticos, tanto de Port Said como de Suez, nos presentaban una lista con infinidad de productos de consumo que deberíamos entregar antes del cruce de comboyes en el Lago Amargo so pena de situar nuestro buque en la cola del comboy si no accedíamos a sus exigencias, lo que supondría una gran pérdida de tiempo con la posible entrada en demoras, lo que a su vez se traduce en pérdida de dinero para los armadores-fletadores. La lista en cuestión eran víveres del tipo de aceite de oliva, judías, colas de bacalao, café, arroz... y un sinfín de cosas más, incluido algún cartón de tabaco que otro.Y se accedía, claro que se accedía, porque interesaba y a la denuncia no había lugar, no prosperaría, ni se nos pasaba por la imaginación.
Cuando los buques llegan para cruzar este canal, tanto en Port Said como en Suez, deberán esperar turno hasta conocer el lugar asignado a la hora de formar el comboy en el que los buques más rápidos, seguros y con mejor maniobrabilidad ocupan los primeros lugares, dejándose a los más lentos y deficientes para la cola del mismo. No es desconocido para cualquier marino que haya navegado por este canal haber comprobado como los prácticos, tanto de Port Said como de Suez, nos presentaban una lista con infinidad de productos de consumo que deberíamos entregar antes del cruce de comboyes en el Lago Amargo so pena de situar nuestro buque en la cola del comboy si no accedíamos a sus exigencias, lo que supondría una gran pérdida de tiempo con la posible entrada en demoras, lo que a su vez se traduce en pérdida de dinero para los armadores-fletadores. La lista en cuestión eran víveres del tipo de aceite de oliva, judías, colas de bacalao, café, arroz... y un sinfín de cosas más, incluido algún cartón de tabaco que otro.Y se accedía, claro que se accedía, porque interesaba y a la denuncia no había lugar, no prosperaría, ni se nos pasaba por la imaginación.
APAPA-LAGOS (Nigeria)
Recuerdo que habíamos atracado para una descarga de asfalto, cuando llegaron unos individuos uniformados, las "autoridades", cada cual con su gran cartera, que, sin preámbulo alguno, nos pidieron tabaco, whisky y cerveza. Sabiendo lo que se nos podía venir encima, les dimos un par de cartones y una botella a cada uno, como llegaron se marcharon. Lo peor fue que durante la descarga y coincidiendo con los cambios de guardia de los "watchmen", aparecían por el barco y con la excusa de que la seguridad no era correcta amenazaban con interrumpirían las operaciones con todo lo que esto conllevaría. Como siempre sabíamos que buscaban la caja de cervezas o de refrescos y salían con ellas, a partir de entonces la seguridad estaba O.K. hasta el siguiente turno.Nuestra obligación a bordo era efectuar un "checklist" internacional en todos los puertos y teníamos la absoluta certeza de nuestras condiciones de seguridad, a ellos les importaba un bledo porque sabían como eran nuestros barcos.
Recuerdo que habíamos atracado para una descarga de asfalto, cuando llegaron unos individuos uniformados, las "autoridades", cada cual con su gran cartera, que, sin preámbulo alguno, nos pidieron tabaco, whisky y cerveza. Sabiendo lo que se nos podía venir encima, les dimos un par de cartones y una botella a cada uno, como llegaron se marcharon. Lo peor fue que durante la descarga y coincidiendo con los cambios de guardia de los "watchmen", aparecían por el barco y con la excusa de que la seguridad no era correcta amenazaban con interrumpirían las operaciones con todo lo que esto conllevaría. Como siempre sabíamos que buscaban la caja de cervezas o de refrescos y salían con ellas, a partir de entonces la seguridad estaba O.K. hasta el siguiente turno.Nuestra obligación a bordo era efectuar un "checklist" internacional en todos los puertos y teníamos la absoluta certeza de nuestras condiciones de seguridad, a ellos les importaba un bledo porque sabían como eran nuestros barcos.
SKIKDA (Argelia)
Aquí fué más sangrante: Teníamos previstos varios viajes para cargar crudo, cuando llegaron los de aduanas nos hicieron una inspección bastante exhaustiva, como dándonos a entender lo que nos podíamos esperar si no había coincidencia entre lo manifestado y lo que ellos, aparentemente pudieran "encontrar". Efectivamente, dirigiéndose a la gambuza ( donde se guardan los víveres del buque, etc.) hicieron ademán de desmontar parte de los embonos del techo, como queriendo buscar algo escondido. Se les dijo que no había nada y desistieron pero a continuación nos dijeron que deberíamos traerles de nuestro próximo viaje a España, regalos para la familia, paraguas y chaquetones, de lo contrario ellos "encontrarían" abordo algún motivo de infracción para el buque, con las correspondientes consecuencias: dilatar la estancia en puerto con los gastos que ello supone y demora en la entrega de la carga... Al llegar a España pusimos en conocimiento de nuestro inspector de flota lo que aquella gente nos exigía y la respuesta que se nos dió fue que accediéramos, esos gastos serían insignificantes en comparación con lo que significarían demoras del buque. Y así les estuvimos suministrando lo que nos pedían.
Aquí fué más sangrante: Teníamos previstos varios viajes para cargar crudo, cuando llegaron los de aduanas nos hicieron una inspección bastante exhaustiva, como dándonos a entender lo que nos podíamos esperar si no había coincidencia entre lo manifestado y lo que ellos, aparentemente pudieran "encontrar". Efectivamente, dirigiéndose a la gambuza ( donde se guardan los víveres del buque, etc.) hicieron ademán de desmontar parte de los embonos del techo, como queriendo buscar algo escondido. Se les dijo que no había nada y desistieron pero a continuación nos dijeron que deberíamos traerles de nuestro próximo viaje a España, regalos para la familia, paraguas y chaquetones, de lo contrario ellos "encontrarían" abordo algún motivo de infracción para el buque, con las correspondientes consecuencias: dilatar la estancia en puerto con los gastos que ello supone y demora en la entrega de la carga... Al llegar a España pusimos en conocimiento de nuestro inspector de flota lo que aquella gente nos exigía y la respuesta que se nos dió fue que accediéramos, esos gastos serían insignificantes en comparación con lo que significarían demoras del buque. Y así les estuvimos suministrando lo que nos pedían.
España:
No quedaba a la zaga: A los agentes, por la cuenta que nos tenía, se les entragaba cartones de tabaco, whisky, licores etc, etc, todo ello se anotaba como "atención autoridades". Daba vergüenza, nos daba vergüenza porque en el norte de Europa nada de esto se practicaba, la rigidez de los británicos, alemanes, holandeses, belgas etc era un síntoma que diferenciaba el tipo de países, el nuestro estaba en el furgón de cola. Imponían trasiegos indecentes.
Yo recuerdo que siendo estudiante le comprábamos tabaco rubio a un carabinero que solía montar guardia en los barcos del puerto...
No quedaba a la zaga: A los agentes, por la cuenta que nos tenía, se les entragaba cartones de tabaco, whisky, licores etc, etc, todo ello se anotaba como "atención autoridades". Daba vergüenza, nos daba vergüenza porque en el norte de Europa nada de esto se practicaba, la rigidez de los británicos, alemanes, holandeses, belgas etc era un síntoma que diferenciaba el tipo de países, el nuestro estaba en el furgón de cola. Imponían trasiegos indecentes.
Yo recuerdo que siendo estudiante le comprábamos tabaco rubio a un carabinero que solía montar guardia en los barcos del puerto...
VULNERABLES
Puerto de Fos,
Dos de la madrugada, alguien entra en mi camarote, después del susto observo que es un hombre empuñando una pistola, era un policía, me alumbra con su linterna y me dice que buscaba un ladrón que había entrado a bordo que se había dirigido al camarote del capitán y le había robado a punta de cuchillo, entre otras cosas, un omega de oro. Después supimos que se había escapado descolgándose por las estachas de proa. No volvimos a saber nada más. Según la policía el caso quedaba abierto en espera de pistas... etc,etc.
LEIXOES:
Al poco de entrar de guardia, a las cuatro de la madrugada, me tropiezo con dos mujeres a las que interrogo por su presencia a bordo, me contesta una que habían venido a acompañar a un amigo, tripulante del barco, y ya estaban de salida, las acompaño hasta la escala de acceso a tierra. Poco después de las ocho oímos los gritos del Jefe de Máquinas diciendo que le había desaparecido la cartera, donde tenía la tarjeta del título de Jefe de Máquinas de la Marina Mercante y que siempre dejaba sobre la mesilla de noche. No hizo falta discurrir demasiado para saber lo que había pasado. De mi camarote también se llevaron dinero que tenía en un cajón. Llamamos a la policía, me interrogó y me pidieron que fuera con ellos al barrio chino, el prostíbulo,para ver si las identificaba. Trabajo en balde. El problema lo tuvo el Jefe porque necesitaba tener esa tarjeta como justificante de su titulación. Pidió asistencia al consulado y una vez en Lisboa, a través de la Embajada, lo pudo solucionar provisionalmente.
Nigeria, fondeadero de Lagos. Este fondeadero está siempre lleno de barcos, Nigeria importa la mayoría de sus bienes de consumo de alimentación, es decir, la presencia de buques frigoríficos es notoria, buques que un día sí y otro también eran asaltados por la noche para robarles lo que se pudiera. Nosotros transportábamos derivados del petróleo pero el buque tenía otras cosas que podían interesar, las guardias en el fondeadero eran tensas y para evitar ser asaltados triturábamos botellas de cristal que extendíamos por zonas de cubierta ( muchos de los asaltantes iban descalzos) y manteníamos los cañones del sistema de contraincendios presurizados. El asalto en realidad fue durante la maniobra de atraque, cuando cada tripulante está en su sitio, una vez atracados nos dimos cuenta que había desaparecido un televisor y de varios camarotes habían sustraido dinero y objetos personales.Nadie los vio entrar, nadie los vio salir. Durante la estancia en puerto un equipo de nativos montaba guardia en cubierta con arcos y flechas envenenadas dispuestos a evitar que cualquier intruso entrara a bordo, se entretenían confeccionando y bordando unos gorros típicos que se suelen llevar en ese país, creo que se llaman "filás".
No quedan a la zaga países sudamericanos como Méjico, Venezuela, Brasil... en todos se solicitaba la "atención a autoridades": víveres, pintura de barco, tabaco, bebidas espiritosas ... Venían con sus buenas y grandes carteras que cargaban sin rubor y después se despedían con una cordial sonrisa, menos es nada.
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